Seleccionar página
La importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en niños y niñas.

La importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en niños y niñas.

barefoot_baby La potencia del aprendizaje por descubrimiento radica en el contacto directo que niños y niñas tienen con el entorno. A través de la experiencia de sus sentidos vitales, del tacto, el movimiento y el equilibrio, se favorecen las redes y conexiones internas que beneficiarán la óptima maduración biológica, despertando las ganas de aprender y de explorar, facilitando el desarrollo motriz y activando su imaginación a través del juego.

El movimiento corporal coordinado y la alegría de descubrir el mundo con ayuda de todos los sentidos, es un don natural durante la primera infancia. Y cuando esta experiencia se da en relación con otros, aparecen nuevas posibilidades de aprendizaje, respecto de sí mismo y a los iguales: convivir, explorar juntos, arriesgarse y cuidarse mutuamente.

001_small «Los niños son aprendices activos, investigadores, y la naturaleza ofrece una experiencia sensorial completa: se puede tocar, oler, ver, oír, probar…, así que es más fácil aprender allí que atado a un pupitre”

Relacionarse con la naturaleza, el árbol, el río, los animales, son aspectos innatos del ser humano y en la medida que se faciliten y amplíen estos vínculos al medio en el cual crecemos, más posibilidades existen que sus beneficios se extiendan a los años que siguen.

El contacto con la naturaleza incide directamente en el movimiento, y la neurociencia ha demostrado que este tiene repercusión en el número de conexiones neuronales y favorece una organización cerebral rica y variada, una mayor plasticidad, de modo que favorece el desarrollo intelectual y el aprendizaje cognitivo.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA“Caerse, levantarse, ejercitar los músculos y los sentidos, ponerse a prueba, coger insectos, plantar semillas, son estímulos para el cerebro y también para las emociones, porque oler una flor, contemplar un campo de amapolas o ver cómo nace un ternero provoca al niño sensaciones que, a su vez, suscitan emociones, y esas emociones son DSC_0157luego importantes para construir el conocimiento, porque lo que aprendemos vinculado a emociones se graba más fácilmente en nuestra memoria y es más difícil de olvidar”. Mari luz Diaz

La actividad educativa de hoy nos llama a re-crear formas de relación en las cuales potenciemos la vivencia de sentir el esfuerzo y logro junto al placer, disfrutar el ejercicio, la libertad de sentir sabores, olores, sonidos, sensaciones, desafíos y encuentros. En definitiva, desplegar nuestro potencial en juegos donde los materiales e instrumentos seamos nosotros mismos.

Cuando niños y niñas son actores protagónicos, los beneficios se amplían a todas las dimensiones de la vida. La vida activa, sobre todo en contextos naturales, disminuye la falta de interés que pudiese existir en lo relacionado con el aprendizaje de contenidos pedagógicos. Esto sucede porque permite sentirse parte de un mundo que sólo se construye desde la vivencia directa en espacios y oportunidades de encuentro.

En caso contrario, mientras más sedentario permanece, sin necesidad de generar recursos que le presenten nuevas contingencias, nuevos despliegues de sí mismo, se produce un proceso de falta de interés, de acumulación de energías, poco aprendizaje y menos habilidad para la autonomía.

Por lo tanto, en la exploración activa de su entorno, el niño y la niña definen sus posibilidades de desarrollo. El ejercicio, la vida activa y en contacto con la naturaleza, nos entrega la condición de constituirnos en seres humanos reales y generadores de mundo. DSC_0226

“La naturaleza ofrece una cantidad tan elevada de estímulos que el contacto con ella hace que el niño se encuentre en un espacio abierto, con sensación de libertad, con capacidad de moverse libremente, de observar los procesos que ocurren, y eso es fundamental para el desarrollo de sus habilidades de movimiento pero también un estímulo para sus neuronas, para sus emociones y para su aprendizaje; es una experiencia vital que permite al niño sentir y medirse a sí mismo de forma diferente a como lo hace en la ciudad”.Mari Luz Díaz.

Fuentes:

Mªluz Diaz, Centro de innovación educativa Huerto.

Marco Cifuentes, Sergio Toro, Marcela Iglesias.
Fundación Caserta

Libertad y límites

limitesVivir significa estar limitado, los límites forman parte de la vida. Nuestro propio cuerpo está protegido del exterior por la piel.

Uno de los aspectos más importantes en la educación que se recibe en la infancia es la de los límites. La sola palabra con frecuencia nos produce molestia, y es que parecería que va en contra totalmente de un gran valor que todos amamos y deseamos tener: la libertad.

Pero lo que debemos entender es que el límite nada tiene que ver con la «limitación» que se podría entender como una carencia de… sino con el desarrollo de conductas seguras, con la prevención y con la protección.

Pero muchos de nosotros no sabemos poner límites, ni como padres, ni como educadores, familiares o amigos o a las personas que nos dan algún servicio, ni tampoco respetarlos.compadres__09062f1eb6c1a6d2c1b9fea34

Hoy en día muchas familias, encuentran dificultades a la hora de reconocer su importancia. Sobretodo si venimos de un ambiente con exceso de ellos y donde no se tenia en cuenta nuestras necesidades como niños y niñas.

Los límites nos ayudan a reconocernos como seres individuales y a su vez a ser conscientes del entorno en el que vivimos.

Durante el desarrollo infantil los niños y niñas necesitan los límites, les ayudan a situarse, a reconocerse. Sirven de base para estructurar la consciencia personal, nuestro yo, como individuo y la de los otros/as.

Lo importante es saber que para poner un límite, no se necesita de la violencia, agresividad, imposición o prepotencia, porque ponerlos así los debilita.  En cambio cuando los límites se establecen con respeto e igualdad, se conservan y comprenden. 

Al establecer límites, se aprenden y desarrollan valores como el respeto, la confianza, el orden…En todas partes están establecidos límites que se relacionan con la convivencia, la seguridad, la comunicación, la igualdad.

Para ello, se debe tomar en cuenta que:

  • Los límites deben establecerse de acuerdo a la edad, el desarrollo individual y las capacidades de cada uno.
  • No se puede utilizar el castigo para poner límites, debemos hablar sobre las posibles consecuencias de los actos realizados. Por ejemplo: “cuando acabes de utilizar este material hay volverlo a colocar en su lugar, para que lo pueda utilizar quien lo necesite.” … “Si necesitas tirar cosas al suelo puedes utilizar la pelota, el cojín, el muñeco, pero el vaso de cristal no, se puede romper.”De esta forma se irán haciendo responsables por resolver el daño o molestia, o simplemente por conservar el orden.
  • No se debe usar la fuerza física nunca, aunque muchos consideran que “un cachete puesto a tiempo, es bueno», los golpes hacen que se falte al respeto, y cuando éste se pierde, ya nada funciona. La violencia física, emocional o psicológica afecta a la seguridad personal, fomenta el abuso por edad o fuerza y no ayuda a madurar y a desarrollar una adecuada autoestima.
  • Dejar de hablar por haber cometido algún error tampoco es la solución, esto lo único que fomenta es el desamor y agranda las distancias entre personas.

Por el contrario hablar a tiempo, con respeto y analizando las consecuencias hará que se comprenda el porqué del límite puesto, y quitarles el afecto o atención, complica la relación y no soluciona nada. Dejar de hablar a alguien por algo, es como un «berrinche» sin importar la edad y una actitud de no querer solucionar el problema. La comunicación es la mejor forma de solucionar conflictos e irlos resolviendo uno a uno. berri4

  • Cuando queramos poner limites a los niños/as pongamonos a su altura.

Al estar a la altura de sus ojos, evitamos que desarrolle o se sienta obligado a una actitud de sumisión, que muchas veces va en perjuicio de su autoestima y no ayuda en nada a la construcción de una relación basada en la confianza y el afecto.

Al hablarle a su nivel, verá la seriedad de lo sucedido en nuestra mirada y le dará la debida importancia. Si es para explicarle por qué debe o no debe hacer algo, lo verá en nuestros gestos, lo apreciará en nuestro tono de voz y entonces se interesará por entender las razones que le damos.

El contacto puede facilitar la comunicación, podemos colocar una mano en el pecho, en el hombro o tocarle la mano cuando nos dirigimos a él siempre y cuando el niño/a quiera. Hay veces que necesitan espacio, los adultos tenemos que dárselo, estando disponibles para cuando nos necesite.

Finalmente, al acostumbrarnos a desarrollar esta actitud con los hijos, permitiremos que ellos a su vez aprendan a respetar y considerar a los demás como iguales.

  • Por ningún motivo se debe ridiculizar, humillar o burlar.
  • No pongas reglas o límites según tu estado de ánimo, «hoy te dejo y mañana no», es algo que debe manejarse con mucho cuidado y con justificación y no porque lo digo yo, o porque quiero. Tampoco es positivo que a unos sí se les deje y a otros no, si no hay justificación adecuada. Marcar una diferencia entre hermanos, alumnos o hijos, dejará marcada la relación futura entre ellos mismos y el resentimiento será mayor hacia los que hacen la diferencia.      

gritos

  • No impongas los límites bajo amenaza, con malas palabras o con prepotencia, es decir utilizando el nivel de autoridad que tienes ante la persona, para presionar a que se haga lo que tú quieres.
  • La congruencia entre lo que se dice y pide que se haga es muy importante.

No puedes exigir a nadie que «deje de fumar, si tu fumas» o que «no tire basura, o diga malas palabras, si tú lo haces».Se enseña más con el ejemplo que con palabras.

  • No mentir, «las mentirijillas piadosas» no existen y desafortunadamente los adultos hacemos esto con mucha frecuencia, justificando que somos adultos, como si por serlo tuviéramos ya el derecho de mentir: «dile que no estoy”…
  • Hay que ser firmes en lo que decimos y hacemos, la firmeza es mandar un mensaje inequívoco, de que el límite no se mueve.
  •  Los límites no deben favorecer el miedo y la culpa, sino la responsabilidad de las consecuencias de los actos personales.
  • Por otro lado hay que tener en cuenta que muchas veces los niños necesitan sobrepasar los limites para interiorizarlos, es decir necesitan experimentar esos limites para comprenderlos. Esto es algo que los adultos no debemos olvidar.

A través de la defensa de sus cosas, de las negativas frente al otro, del deseo de agredir y de dominar, esta manifestando su deseo de autonomía. Es un momento que requiere una actitud de escucha por parte del adulto.

Esto refleja una necesidad de independencia frente al adulto y surge cuando posee la “consciencia del yo”,una imagen positiva que le va favoreciendo el desarrollo sensoriomotor a través de las exploraciones de sus posibilidades, limites de su cuerpo, relaciones con el objeto y los otros niños.

En ocasiones los niños/as necesitan rebelarse, y es el adulto el que deberá devolver una imagen en la que el niño se de cuenta de lo que ha ocurrido. Tendrá que ir aceptando que existen limites que hay que respetar.rabietas-infantiles_articulo_landscape

Los sentimientos están “a flor de piel” y la emoción puede mas que la razón. Necesita afirmarse a si mismo pero también necesita pautas que le vayan devolviendo las consecuencias de las acciones. 

No debemos olvidar que los límites a veces se pierden ante diversas situaciones como pueden ser: la separación de los padres, la muerte de alguno de ellos, el cambio de residencia, de escuela o de país, y se deben adoptar nuevos, dependiendo del entorno o de quienes se hagan cargo de los niños y niñas. Si bien los límites deben ser universales y basarse en los derechos humanos, a veces se pueden manejar con cierta flexibilidad.

Auf Papas ArmRebeca Wild nos recuerda que “El amor es omnipresente allí donde hay vida. Actúa en el interior y en el exterior, lo penetra todo, lo une todo, irradia, lo calienta y lo sustenta todo. Pero el respeto impide que se abuse del amor para poseer, controlar y manipular. El respeto significa no barrenar ni desviar las percepciones, las valoraciones y los procesos de decisión del legitimo otro, no perforar membranas del otro, no perturbar su interacción desde dentro hacia afuera ni sus procesos de desarrollo…” “… El respeto a los procesos vitales se convierte en la base de nuestro amor por el niño.”

Lo ideal sería que los limites se conservaran para dar seguridad, estructura y rigor interno, pero sabemos que esto no es siempre así. En todo caso, la congruencia, el respeto y la justificación de los cambios deben tomar en cuenta el estado emocional y de desarrollo infantil. 

Los límites en la familia nos acercan a la libertad, la libertad basada en el respeto de la libertad de todos/as los seres de un ecosistema o comunidad. Conforme vamos creciendo los límites siguen formando parte de nuestra vida, poco a poco gracias a ellos, seremos capaces de reconocer los nuestros propios y gracias a ellos/as, aquellos aspectos que podemos mejorar….

La duda sobre cómo poner y a qué poner límites, es el reto mayor de los padres, maestros y otras personas que ejercen autoridad. Quizá se puedan contestar a estas preguntas para lograrlo:

¿Cómo ayuda determinado límite al desarrollo, bienestar y seguridad al niño o niña?

La consecuencia de que no respete el límite ¿a qué puede llevarlo/a?

Ana Remacha. VeoBio, lo natural es jugar.

Fuentes:

Centro de formación Psicopraxis.

«Libertad y limites, amor y respeto» Rebeca Wild

Bertha Sola

Acompañando el movimiento espontáneo del niño.

Realmente, ¿es necesario que enseñemos a los niños a moverse y les ayudemos a lograr posiciones o desplazamientos nuevos y cada vez más avanzados? La especialista Emmi Pickler, entre otros muchos profesionales, en su mayoría psicomotricistas, concluyó que el desarrollo motor surge de manera espontánea y que las enseñanzas de los grandes pueden no ser lo mejor para los chicos.

IMG_1420-2.jpg-for-web-normal-2

 

No es poco común que, cuando nace un niño, sus padres, aunque disfrutemos plenamente de cada etapa, imaginemos con ilusión el próximo paso del bebé: cuando sostenga la cabeza, cuando se siente, cuando camine… Y también es muy corriente que “ayudemos” a nuestra cría a hacer movimientos que, por su edad, todavía no puede realizar. Así, por ejemplo, los sentamos protegidos y hasta sostenidos por almohadones para que no puedan caerse, porque todavía no pueden mantenerse erguidos. O, con pocos meses de vida, los ponemos de pie pensando que ellos lo piden, malinterpretando una necesidad del niño de ser llevado en posición vertical para observar el mundo desde esa perspectiva. Pero puede ser que –como observó la pediatra Emmi Pikler en el hogar para niños que dirigió en Budapest– esta intervención no sea necesaria, y que por el contrario sea perjudicial.

Emmi Pikler (1902-1984) fue una importante pediatra húngara que dirigió el Instituto metodológico de educación y cuidados de la primera infancia de Budapest (conocido como Instituto Lóczy, hoy llamado Instituto Pikler), fundado para bebés que necesitaban cuidados prolongados lejos de sus familias. Creó un sistema educativo basado en el respeto al niño, en el que el adulto adopta una actitud no intervencionista que favorece el desarrollo.

Pikler estaba convencida de que el desarrollo motor es espontáneo; y aseguraba que, si se les proporcionan ciertas condiciones, los niños alcanzan por sí mismos un desarrollo motor adecuado. El adulto no “enseña” movimientos ni ayuda a realizarlos, y los niños se mueven y se desarrollan regidos por su propia iniciativa.Por otro lado, no se le impide al niño la realización de ningún movimiento, por lo que en este sentido es completamente libre: si un niño que camina quiere reptar y rodar, no hay nada de malo en eso.

bausteine_r_s

 

¿Pero no es bueno que los adultos “ayudemos” a nuestros niños y les “enseñemos” a realizar los movimientos? A esta pregunta Emmi Pikler respondía que “ayudar” a los niños cuando ellos no están listos para realizar ciertos movimientos por sí mismos es perjudicial. Y explicaba que muchas veces el adulto actúa motivado por la costumbre: estamos habituados a hacerlo, y eso nos resulta habitual. Pero que exista el hábito no significa que sea beneficioso. En su libro Moverse en libertad, la pediatra observa varios inconvenientes de esta ayuda modificadora del adulto:

  • Primero, al poner al niño en una postura que no podría adoptar por sí mismo lo obligamos a estar inmóvil: el niño no puede salir de esa posición.
  •  En segundo lugar, las posiciones en las que ponemos a los niños no son normales para él o ella; como consecuencia, la postura de los músculos no es natural, es forzada, y los músculos quedan tensos o con malas posiciones.
  • Por último, el niño que hemos puesto en una posición a la que no puede llegar solo queda condenado a depender del adulto para cambiar de postura. Estaremos fomentando su dependencia del adulto y frenando su desarrollo autónomo. Además, con intervención del adulto, el niño pierde etapas intermedias de su desarrollo motor, como el reptar (muchas veces cuando un niño que está sentado decide deslizarse para reptar, sus cuidadores lo levantan y vuelven a sentarlo, inhibiendo su voluntad y ejerciendo una prohibición sobre el movimiento) o el gatear, etapas que son beneficiosas antes de adoptar posturas nuevas y de conquistar destrezas más avanzadas.
  • RTEmagicC_d4aa24b70c.jpg

Para permitirles libertad de movimiento a los niños, dice Emmi Pikler, es importante que ellos tengan espacio suficiente para moverse y ropa que les permita mover sus miembros cómodamente. El espacio para los niños debe además ser seguro y estar adaptado a ellos. Y si bien el adulto está siempre junto al niño y lo incentiva a desarrollarse, no debería ofrecerle su ayuda en lo que a movimientos respecta: no se lo sienta, no se lo pone de pie, no se le ofrece un dedo para que pueda sostenerse. La autora aclara que la no intervención del adulto no se debe a una falta de interés en el niño; por el contrario, los adultos festejan con regocijo el adelanto del niño, como lo harían si ellos hubieran intervenido en el desarrollo de manera activa. Por último, el adulto debe mantener con el niño una relación paciente y respetuosa, a la escucha de la expresión del mismo, y quizá en algunos casos favoreciendo la aparición de su deseo de movimiento, pero no realizándolo por ellos ni forzándoles a realizarlo antes de tiempo, antes de estar preparados para ello.

RTEmagicC_cdcd833239.jpg

 

Pikler observa que los niños que aprenden los nuevos movimientos por sí mismos tienen mejor equilibrio, mayor coordinación, mayor seguridad en sus actividades y por eso son menos propensos a sufrir accidentes. Además, vivencian más “a fondo” el proceso de aprendizaje y tienen mayor seguridad en sí mismos. Sus estudios concluyen que las enseñanzas y la ayuda del adulto no es condición necesaria para el desarrollo motor del niño, y que además pueden perjudicarlo al ponerlo en situaciones para las que no están maduros todavía.

Es probable que si estamos acostumbrados a ayudar a nuestros hijos en sus movimientos, nos resulte difícil no precipitarnos a intervenir en su desarrollo motor: uno, como padre, quiere lo mejor para sus bebés; y que aprendan a moverse rápidamente y sin contratiempos puede parecernos parte de ese “darle lo mejor”. Pero informarnos sobre distintas corrientes y estudios referentes a su desarrollo, y considerar darles una oportunidad, puede ser beneficioso para ellos y, como consecuencia, también para nosotros.

Laura Pueyo Pardo (leer más al respecto Moverse en Libertad)

La Mirada de lluna; Asociación para la prevención, detección y atención de dificultades en la infancia.

La canasta de los tesoros

La canasta de los tesoros

La canasta de los tesoros es una propuesta de juego y aprendizaje que ofrece a los niños/as en el primer año de vida (cuando son capaces de mantenerse sentados) la posibilidad de descubrir el mundo a partir de su propia actividad. Esta dirigida a los niños de 6 a 12 meses. En esta edad pueden sentarse por si solos, pero aún no se desplazan demasiado del lugar. Su creadora fue Elinor Goldschmied, maestra y diplomada en Psiquiatría social.

 

foto2-3

 

Es una propuesta que se presenta como «una de las formas importantes de fomentar el juego y el aprendizaje de los bebés, desde el momento en que sean capaces de sentarse cómodamente y antes de que empiecen a gatear» (Goldschmied).
Al presentar el canasta, los niños/as realizan innumerables acciones y permanecen concentrados e interesados por los objetos. Suelen mirarlos, tomarlos, tocarlos, llevárselos a la boca, lamerlos, agitarlos, hacerlos sonar; tomarlos y soltarlos; tomarlos y descartarlos, elegir lo que les gusta y dejar de lado lo que no les gusta. Con todas estas acciones los bebés van descubriendo las características y propiedades de los objetos del mundo, tales como peso, tamaño, forma, textura, sonido, sabor y olor.

 

imagesEs una actividad de exploración. Para prepararla hace falta llenar una canasta de mimbre con objetos de uso cotidiano escogidos con el fin de proporcionar estímulo y experiencia a los cinco sentidos del niño: la descubierta y el desarrollo del tacto, el gusto, lo olfato, el oído, la vista y del sentido del movimiento del cuerpo.
 Se trata de un conjunto especial de materiales, no de juguetes, que podemos encontrar por casa, confeccionar, recuperar de los comercios o bien comprar.
Sentado junto a la canasta puede desarrollar mejor su capacidad de coordinar ojo, mano y boca, puede acceder más fácilmente a los objetos y llevárselos a la boca para conocerlos.
El niño/a puede elegir aquello que más le interesa y favorece la curiosidad innata por descubrir las calidades y novedades de las cosas.
Con la canasta de los tesoros el niño aprende solo y por él mismo. El adulto, con su presencia y atención, le da seguridad y confianza.

 

¿Como se organiza?

 

1. El cesto (o canasta) debe tener unos 35 cm. de diámetro y 10 o 12 cm. de altura, como mínimo. Es fundamental que tenga la base plana, sin asas y que sea lo bastante fuerte como para que el niño/a pueda apoyarse en él sin que se vuelque. Debe ser de paredes verticales y estar hecho de algún material natural, no de plástico ni de cartón (son aconsejables los canastos de mimbre).
2. Hay que llenarlo de objetos hasta el borde, para que el bebé tenga un campo amplio en el que pueda separar y elegir lo que más le atraiga. La selección de los materiales se hará con objetivos creativos y renovadores, pensando y planeando cómo podemos dar a los niños la mejor «dieta mental», equilibrada y estimulante.

3. Se necesita de un espacio cómodo y seguro. Es conveniente tener la canasta en un rincón estable de la sala de juego, sobre una alfombra con almohadones. Los niños/as deben estar sentados con comodidad.pan03
Pueden jugar cómodamente tres niños a la vez como mucho, sentados cerca alrededor de la canasta, para qué puedan acceder muy fácilmente a los objetos con las manos, sin riesgo de desequilibrarse. Hace falta evitar interferencias y favorecer siempre la libre exploración, manipulación, concentración y atención.
4. El adulto debe sentarse cerca, sin hablar ni intervenir, a menos que el niño/a demuestre claramente que necesita que se le atienda.

 

5. La Canasta de los tesoros debe cambiar y evolucionar continuamente con la introducción de objetos nuevos. Es importante y necesario observar cuales son las preferencias, procesos, actividades y actitudes de los niños con cada objeto para saber con qué criterio haremos la renovación del material. Se renovarán sólo unos cuántos objetos periódicamente, la presencia demasiado prolongada de un mismo objeto no estimula el interés del niño ni satisface su curiosidad de exploración. Los de antes serán puntos de referencia para los niños, y los nuevos serán el estímulo que los hará mantenerse activos, creativos y divertidos.

 

7. Hay que cuidar y mantener los objetos de la canasta (lavarlos o limpiarlos de forma regular, y eliminar o sustituir los que estén estropeados)

8. Los objetos seleccionados: Estos deben estar hechos de materiales naturales, no de plástico ya que, en la actualidad, la mayoría de los juguetes que se ofrecen, suelen estar fabricados con plástico (de idénticas texturas que sólo varían sus colores y formas).

 

8. Los objetos seleccionados: Estos deben estar hechos de materiales naturales, no de plástico ya que, en la actualidad, la mayoría de los juguetes que se ofrecen, suelen estar fabricados con plástico (de idénticas texturas que sólo varían sus colores y formas).

 

9. Una versión extendida podría consistir en hacer cestas de “temas”: telas, madera, metal… y colocar las diferentes cestas en el suelo para que el niño vaya de una a otra.

 

El papel que deben desempeñar los adultos:

 

El rol del adulto durante el desarrollo de la actividad es, exclusivamente, ofrecer seguridad con su presencia. Debe estar atento, observar, estar a disposición del niño, responder a sus miradas y búsquedas; pero NO DEBE intervenir de manera activa, en el sentido de estimular sus acciones o llamar su atención hacia algún objeto. Por ello, la propuesta consiste en «ofrecer a un grupo de niños/as, durante un período de tiempo determinado y en un entorno controlado, una gran cantidad de objetos y de recipientes de diversos tipos, para que jueguen libremente con ellos sin que intervengan los adultos”( Goldschmied).
La mayor exigencia para los acompañantes/adultos es el de asegurarse que los objetos no estén muy deteriorados y sean higienizados. Por ello, éstos deben ser cambiados o repuestos con cierta regularidad, pero no todos los días, porque ya sabemos que una única exploración no permite el conocimiento del objeto.

 

Propósitos del juego de la Canasta de los Tesoros


 

De lo que se trata para los niños/as, es del desarrollo de la capacidad de elegir; derecho que tienen y deben ejercer desde los primeros días de su vida. Cuando juegan con la canasta, observamos que «ofrece oportunidades infinitas para que el niño/a tome decisiones» (Goldschmied).

 

También favorece la autonomía y el desarrollo de la atención ya que el modo en que los niños/as juegan y se concentran con los objetos la canasta del tesoros, de manera autónoma, es algo que sorprende a quienes los contemplan por primera vez. La atención puede prolongarse hasta una hora o más si los bebés están cómodos, sin apetito, higienizados y sin otras molestias.

 

En resumen, la propuesta de juego con la «Canasta de los Tesoros» favorece y enriquece la autonomía intelectual, la atención, concentración y habilidades comunicativas.

 

MATERIALES:

 

  • Objetos naturales:
  • Piedras de más de 5 cm.
    Tapones de corcho.
    Conchas.
    Piñas.
    Esponjas.
    Troncos…

 

Objetos de cartón y de papel:

 

Libreta pequeña de espiral.
Cajitas de cartón cuadradas, redondas, ovaladas,
Tubos , conos, formas, de cartón
Cajas forradas, papeles con texturas y colores diferentes (papel de lija)…

 

Objetos de madera naturales.

 

Cajas pequeñas redondas, ovaladas, cuadradas…
Tamborcito
Sonajeros
Silbato de bambú.
Castañuelas
Botones pasados por un hilo.
Cubos y dados.
Cilindros .
Carritos, bobinas de hilo.
Anillas de cortina.
Cuchara o espátula.
Huevera.
Bol pequeño.
Mano de mortero.
Pinza de tender ropa.
Bolillos.
Platitos.
Cucharón pequeño.
Cuchara de miel.
Carraca
Pinza de rizar el cabello
Huevo de madera .
Argollas de servilleta.
Morteros grande, mediano, pequeño
Recortes de madera.
Cucharas de madera de diferentes tamaños…

 

Objetos metálicos:

 

Cucharas de varios tamaños .
Batidor de huevos .
Juegos de llaves.
Abre botellas.
Flanera.
Cepillo para limpieza de biberones
Latas sin ángulos puntiagudos.
Cenicero pequeño.
Moldes de pastel.
Exprimidor.
Anillas metálicas de cortina.
Embudo pequeño.
Armónica pequeña.
Trituradora de ajos.
Silbato.
Clips grandes para papel.
Anillas enlazadas.
Juego de cascabeles (musicales)
Juego de campanas.
Triángulos.
Latas cerradas con arroz, judías, con piedras dentro
Colador, cucharita de té.
Tapas de metal.
Trozos de cadena.
Bocina de bicicleta
Llavero.
Campanas pequeñas
Bote, taza, cazo para hacer infusión…

 

Objetos de piel, tela, goma, fieltro:

 

Bolsas de lavanda, cintas, trozos de lana…
Monedero de piel
Bolso pequeño de piel con pito
Pelotas de ropa, de cuero, de malabarismos, de tenis, de golf…
Tubo de goma.
Muñequita de trapo.
Funda de gafas.
Bolsos pequeños de lavanda, tomillo, arroz…
Tapón de baño con cadena.
Bolsita bordada.
Taco de goma (puertas)
Tapones de goma de silla.
Anillas de cafetera.
Trozos de goma elástica.
Espátula.
Asidero de cazuelas (ropa de aguja de gancho de lana, fina….)
Almohadillas de colores, texturas y peso (con arroz, trigo, lentejas, 
garbanzos)
Pomo de armario hecho con aguja de ganchillo…

 

Objetos de vidrio:

 

Mortero y mano de mortero.
Botellas de perfume.
Botes de mermelada.
Lágrimas de lámpara.
Pomo de armario
Espejito.
Bolas de vidrio.
Tubos de metacrilato con agua, balas.
Tapones grandes de botella…

 



Creado por VeoBio.

 

Varias fuentes

 

¿Por qué es tan importante para nuestros hijos que les criemos con respeto?

corriendo2

Siempre estamos hablando de la necesidad de criar a nuestros hijos con respeto, es decir, sin coacciones, sin forzarles, mostrándonos atentos a sus verdaderas necesidades emocionales y fisiológicas, acompañándoles con cariño, comprensión y madurez, sin violencia, sin etiquetas, sin gritos, sin castigos, sin premios, sin chantajes, ni manipulaciones, etc.

Pero ¿Por qué es tan importante para nuestros hijos que les criemos con respeto?

Hoy vamos a intentar contestar de forma resumida a esta cuestión crucial.

Porque sabrán amarse y amar a los demás, reconocerse como ser humano de plenos derechos, cuidarse, preocuparse por sí mismos y por las otras personas. Han crecido respetados y sabrán respetarse a ellos mismos y a los demás.

Porque no tendrán necesidad de llamar la atención para que le valoren, le hagan caso, para sentirse vivos. Ellos mismos conocerán su valía, podrán tomar decisiones por sí mismos, sabrán que son importantes per se y no anhelaran, ni necesitarán, las palabras y los premios de otras personas para sentirse reconocidos. Desde luego que compartirán con los demás y aceptarán de buen grado consejos y consuelo, pero no convertirán los halagos y los premios en algo que resulta imprescindible en sus vidas para poder sentirse bien.

Porque si alguien no les hace caso, no les importará, no se sentirán mal, poca cosa, carentes de relevancia. Pensarán que esa persona no tiene ganas de hablar, de estar con él/ella en ese momento, lo respetarán y no se preocuparán.

Porque sabrán lo que realmente necesitan. No actuarán movidos u obligados por las necesidades de los demás, podrán reconocer las suyas propias.

Porque sabrán lo que es bueno para él/ella. Al saber valorarse y tener un buen concepto de sí mismos, sabrán reconocer relaciones tóxicas, trabajos alienantes, situaciones comprometidas para su seguridad o su estabilidad emocional. También, sabrán compartir sus vidas con amigos y personas que les quieran, sean saludables para ellos, les acompañen desde la comprensión y el respeto. Como diría Ramón Soler, sabrán encontrar otras naranjas, no necesitarán de medias naranjas para sentirse completos.

Porque conocerán sus preferencias. A medida que vayan creciendo podrán reconocer sus cualidades, “su elemento”, sabrán enfocarse hacia aquellas actividades que les llenen, para la que estén dotados y que les apasionan.

Porque sus mochilas irán mucho más ligeras que las nuestras. Nuestros hijos no están libres de frustraciones, de problemas, de accidentes, de enfermedades, todos arrastramos carencias y circunstancias adversas en la vida, pero, por lo menos, ellos no tendrán que cargar también con el peso de la violencia, las coacciones, los chantajes, la agresividad, el desamor, la incomprensión, las etiquetas, etc.

Porque sabrán ponerse en el lugar de los otros, serán empáticos y altruistas, no necesitarán bienes materiales o paraísos artificiales para llenar su vacío interior. Ellos, no arrastraran ese vacío formado por carencias, desamor, soledad e incomprensión.

Porque no serán sumisos, ni profesarán una obediencia ciega a todo tipo de autoridad.

Texto: Elena Mayorga