La elección de comprar un juguete para nuestros hijos es mas importante de lo que pensamos. A veces, no nos damos cuenta de la diferencia que un buen juguete puede hacer en nuestros hijos, en nuestra comunidad y en la conservación del medio ambiente.La mayor parte de las personas vemos a los juguetes como eso, juguetes. Difícilmente tomamos en cuenta todo lo que puede aportar en la educación de un niño.
Los juguetes son objetos indispensables en el crecimiento de los niñas y de las niños.
Han existido a lo largo del tiempo miles de juguetes. Al principio eran muy sencillos y poco a poco se han ido sofisticando. La ironía es que los niños siguen jugando más tiempo con los juguetes mas sencillos. Las construcciones, las pelotas,las muñecas y otros juguetes que han permanecido a través de los siglos, responden a una necesidad de desarrollo en los niños. Así como caminar es una etapa del progreso infantil, jugar también lo es, y de ahí la importancia de escoger de forma adecuada sus juguetes.
Al elegir los juguetes de los niños los dos factores que se toman mas en cuenta son el gusto del niño y el precio. A veces se nos olvida considerar su influencia en el desarrollo del niño, la calidad, la durabilidad ó los costos ocultos que existen en su producción. Estos factores tienen mucho mayor trascendencia que las primeros. La mayoría de los juguetes que se pueden conseguir en estos días son ruidosos, irritables (…y algunos tóxicos ) y rara vez ayudan a que el niño se involucre en actividades significativas para su desarrollo.
Frecuentemente, los adultos escogemos juguetes que nos llaman mucho la atención: son muy bonitos, parecen educativos, tienen colores llamativos y nos ofrecen algo que creemos que a los niños les va a gustar y con los que les vamos a proporcionar felicidad al dárselos.
Sin embargo, muchas veces resulta en el niño que la ilusión es pasajera, que le encanta el primer día, pero nunca más vuelve a jugar con ellos. ¿Por qué sucede esto? Este juguete probablemente no tiene suficientes posibilidades de juego ó no responde a las necesidades de los niños.
Los niños necesitan descubrir, cambiar y practicar, para entretenerse de forma constructiva. Los juguetes que no permiten ninguna posibilidad de investigación, de creatividad, aburren rápidamente.
¿Con que crees que se puede entretener un niño? ¿Con un robot de 15 funciones que come, habla camina, baila, canta, etc. ó con un pedazo de tela? El robot puede hacer muchas cosas, pero el niño solo puede verlo y al cabo de unos días pierde el interés en hacerlo. Tal vez junto al robot no le haga caso al pedazo de tela, pero cuando se canse del robot empezará a ponérsela encima para volverse un fantasma, la convertirá en el techo de una casita, luego tapará a una muñeca, la usará de hamaca, será la bandera de un pirata ó la capa de un príncipe, la transformará en el velo de una novia y seguramente se le ocurrirán una infinidad de posibilidades más.
La tela le da al niño la oportunidad de construir, imaginar y jugar a mas cosas. En cambio, el robot aunque tenga muchísimas funciones, le deja al niño pocas posibilidades de juego.
¿Por qué es tan importante la calidad? Entre más tiempo nos duren los juguetes que compramos, menor efecto negativo tendrán en el deterioro del medio ambiente. Las cosas perduran cuando tienen un valor estético, funcional y muchas veces sentimental.
Frecuentemente, oímos la expresión: “Para qué me gasto mucho dinero en un juguete, si a los niños les da igual si su caballito está bien ó mal pintado, además los pierde tan pronto que mejor compro algo muy barato.“ Tal vez al niño no le importe si el juguete esté bien pintado, pues su imaginación rebasa los límites de cualquier pintura bien o mal hecha, pero es dificil que perdure en nuestras manos un objeto con estas características pues si no es de buena calidad, se romperá fácilmente ó en caso de que dure no nos atreveremos a heredarlo ó regalarlo.
A si mismo es muy importante enseñarles a los niños el valor de las cosas, y no podemos transmítirselos cuando nosotros compramos sus juguetes sabiendo que no nos importa si los maltratan o hacen mal uso de ellos pues no nos costaron gran cosa. Con esto en vez de enseñarles lo que queremos, les estamos transmitiendo que hay algunas cosas no merecen respeto.
Por otro lado volviendo al ejemplo del robot y la tela, observemos qué sucede durante su proceso de producción: Para hacer un robot a precio competitivo es necesario producirlo masivamente, en cuyo caso se requieren decenas de procesos para manufacturar cada uno de sus componentes: se utilizaron recursos naturales, se movieron una gran cantidad de máquinas, se utilizaron pinturas, materiales, energía, agua y tecnologías que finalmente sirvieron para producir un juguete que va a entretener a los niños pocos días y de no ser de excelente calidad, rapidamente se convertirá un montón de basura muy contaminante por las pilas, y los componentes tóxicos. En contraste, una tela durante su elaboración requiere de menos procesos de fabricación que el robot, lo que se traduce en menor contaminación.
Con esto no tenemos la intención de decir que no usemos nada que pase por procesos industriales, sino que lo ideal sería utilizar estos materiales no renovables en cosas que no puedan sustituirse por nada más. Por ejemplo una pelota. Bota porque es de plástico y sus características se derivan del material del que está hecha, por lo tanto está adecuado a su función.
¿Por qué juguetes ecológicos?
Los juguetes ecológicos promueven la vía de la responsabilidad ambiental y social. Lo que diferencia un juguete normal de uno ecológico es que en este último se emplean productos reciclados y en el proceso de su elaboración, las fases de producción y fabricación son elaboradas con responsabilidad a la conservación del medio ambiente.
Es mejor optar por juguetes elaborados con materiales no tóxicos, sostenibles y reciclables. En este sentido, son preferibles los juguetes que no necesitan pilas, porque los metales pesados que éstas contienen son nocivos para la salud, y aquellos comercializados con menos embalaje.
También son mejores opciones la madera, el metal y la ropa, que el plástico, un derivado del petróleo al que se añaden aditivos químicos y que, una vez convertido en residuo, tarda entre 500 y 1.000 años en desaparecer –tiempo en el que se descompone lentamente en fragmentos cada vez más pequeños y ligeros que se distribuyen y contaminan todos los rincones del planeta.
¿Por qué optar por los juguetes de madera?
Los juguetes de madera estimulan los sentidos.
Cuando tocamos los materiales de madera recibimos mucha información del objeto, su forma, su tacto, su olor, su color.
El plástico es frío y uniforme, la madera tiene diferentes texturas y es cálida, es un material vivo. Su sonido al chocar es dulce, y su olor es muy característico.
Por tanto ayuda a desarrollar sus sentidos.
Si nos paramos a pensar todos los juguetes de madera son simples en cuanto a la forma, el color y la textura y no suelen ir acompañados de cientos de luces y música estridente como algunos de los juguetes de plástico.
Así que por esta razón la madera estimula el desarrollo de la creatividad natural de los niños, dejándoles imaginar, crear y explorar mil y una manera de jugar con ellos. Esto no sucede con los juguetes más mecánicos que ya tienen un proceso de juego establecido dejando poco espacio a la imaginación.
Algo que podría parecer un inconveniente en un juguete de calidad es el costo. La mayoría de nosotros tenemos un presupuesto limitado. Por esta razón debemos de pensar detenidamente en qué compramos y como lo hacemos.Si tenemos poco presupuesto compremos un solo juguete que esté bien diseñado con materiales adecuados a su función y que sea el indicado para la etapa de desarrollo en la que se encuentre el niño.
Los juguetes baratos muchas veces tienen costos que no podemos ver pero que pagamos de diferente modo. Muchas empresas para poder ofrecer precios bajos sacrifican los pagos de sus empleados, evitan instalar plantas de tratamiento de desechos, utilizar materiales de baja calidad en sus productos ó materiales extraídos de la naturaleza de manera no sustentable. Efectivamente se logra un mucho mejor precio, pero todos lo pagamos con el aire que respiramos, con la contaminación de los mares, con el calentamiento global y teniendo en el mundo gente de bajos recursos sin posibilidades de mejorar su calidad de vida.
Antes de comprar un juguete para nuestros hijos, pensemos muy bien que un juguete es una inversión y es el material de trabajo que nuestros hijos van a utilizar en los siguientes años.
¿Queremos darles un material de trabajo divertido que los ayude a desarrollar su imaginación, su creatividad y que sea benéfico para ellos?
ó
¿queremos darles un juguete con una caja enorme para ver sus caritas de satisfacción, no importa de que esté hecho ni con qué intención, siempre y cuando los divierta al menos unos días?.
Ana Remacha
Terapeuta ocupacional. Psicomotricista educativa, reeducativa y terapéutica.
VeoBio/lo natural es jugar
Fuente: Manika, Sureplanet.
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