- Educar desde el amor es, ante todo, tomar al niño y niña como un ser humano; un ser humano que merece el mismo cariño y el mismo respeto que toda persona adulta.
- Educar desde el amor es vernos reflejados a nosotros/as mismos/as en el niño/a y recordar aquellos tiempos en los que deseábamos con profundo anhelo un beso, una caricia, un abrazo, una aprobación… un te quiero.
- Educar desde el amor es respetar el desarrollo del niño/a, sin forzar. Respetando el ritmo y tiempo de cada uno. Toda persona, niño y adulto, está en continuo crecimiento, y nadie está en disposición de forzar, acelerar o involucionar este proceso desde la experiencia propia y el mentalismo. Implica entonces construir relaciones basadas en la no imposición, la no coercitividad y el respeto a los procesos individuales.
- Educar desde el amor es educar hacia la autonomía, hacia la libertad del niño/a . Ahora bien, autonomía no significa ausencia. Podemos estar con nuestro/a niño/a animándole a hacer las cosas por sí mismo/a, pero apoyándole, haciéndole saber que nosotros/as, sus educadores/as, sus padres, sus madres, estamos ahí, y que le ayudaremos si precisa ayuda.
- Educar desde el amor es no olvidar que la educación no debe ser instrucción; pues educar no es simplemente enseñar; educar es acompañar a los niños en su proceso aprendizaje. Un aprendizaje que parte de un impulso propio, parte del propio organismo, implica descubrir, tocar, sentir y explorar el entorno natural y social. El niño, el joven y el adulto por igual, no necesitan ninguna motivación extrínseca para aprender. Necesitamos explorar la realidad con nuestros sentidos, con la implicación global de todas nuestras dimensiones.
se trata de ofrecer oportunidades de aprendizaje…»
- Educar desde el amor es no llevar a cabo el proceso de la educación como un medio orientado hacia un fin, sino que la educación constituya un fin en sí misma. Si por ejemplo damos una educación feminista, esto es, igualitaria, pienso que no debe ser con el objetivo de conseguir una sociedad equitativa entre hombres y mujeres, sino que si se hace así, debe ser porque es lo correcto. Es decir, no pensar en un camino hacia la igualdad, sino que la igualdad sea el camino. No pensar un camino hacia la libertad, sino que la libertad sea el camino. No pensar un camino hacia la paz, sino que la paz sea el camino.
- Educar desde el amor es pensar que el niño/a no viene a nosotros/as vacío/a. Es pensar que lleva algo ya escrito en su mente: ideas y emociones. Es respetar ambas cosas. Es tener en cuenta que los/as niño/a también tienen un cerebro que le permite generar ideas y sentir. No hay que centrarse meramente en la educación intelectual, ni tampoco exclusivamente en la sentimental. Educar en ambas cosas a la vez es posible.
- Educar desde el amor es permitir moverse al niño/a. Es permitirle satisfacer su curiosidad y explorar el mundo, cual arqueólogo/a adentrándose en un nuevo mundo lleno de tesoros aún por descubrir.
- Educar desde el amor no es amarrar al niño/a. No es tejer una cadena, ni siquiera lazos. Es construir un puente que nos permita estar en contacto, al mismo tiempo que nos permite ser tú y yo por separado.
- Educar desde el amor consiste en desear lo mejor para el niño/a y aceptarlo tal y como es, sin pretender cambiarle para nuestro propio gusto, ni utilizarle para nuestros propios fines.
- Educar desde el amor es mostrar interés y preocupación por el niño/a, sin llegar a hacerlo de forma exagerada y extremista, hasta el punto de anularle.
- Educar desde el amor es desear el bien, la felicidad y la auto-realización del niño o la niña, sin significar eso la escasez del bien, de la felicidad y de la autorrealización propia, pues no puede ofrecerse aquello de lo que uno/a carece.
- Educar desde el amor es como hablar en susurros, cual dos amantes hablándose labio a labio; sin gritos, sin prepotencia ni pedantería. Con humildad, delicadeza y afecto.Educar desde el amor es agacharnos y ponernos a la altura del niño/a. Al estar a la altura de sus ojos, evitamos que desarrolle o se sienta obligado a una actitud de sumisión, que muchas veces va en perjuicio de su autoestima y no ayuda en nada a la construcción de una relación basada en la confianza y el afecto.
- Educar desde el amor es establecer limites, teniendo en cuenta la edad, el desarrollo individual y las capacidades de cada uno. Hablar a tiempo, con respeto y analizando las consecuencias hará que comprenda el porqué del límite puesto. Cuando los límites se establecen con respeto e igualdad, se conservan y comprenden. No deben favorecer el miedo y la culpa, sino la responsabilidad de las consecuencias de los actos personales. La comunicación es la mejor forma de solucionar conflictos.
- Educar desde el amor es pensar que ese pequeño y delicado ser no nos pertenece, sino que se pertenece a sí mismo.
» El respeto a los procesos vitales se convierte
en la base de nuestro amor por el niño.”
Ana Remacha
Terapeuta ocupacional. Psicomotricista educativa, reeducativa y terapéutica.
Veobio/lo natural es jugar.
Fuente:
Enriqueeducacion, Rebeca wild, Frato.
Muchas gracias. Me ha emocionado leer tu manera de escribir estos principios de educación desde y para el amor. Muchas de estas palabras son las mismas que mi corazón y mi mente cuentan para mis hijos y trato de llevar desde la acción y la presencia cada día. Me ha gustado mucho encontrar tu blog. He tomado la decisión de educar a mis hijos yo misma, he dejado para ello mi trabajo y me veo embarcada en un proyecto de empezar con otras familias una pequeña tribu para que mis hijos y nosotros crezcamos acompañados por personas de similares ideas. Desde el amor y desde la raíz de lo humano, a veces olvidada, esta oportunidad de volver a crecer y renacer desde el acompañamiento a nuestros hijos. Besos.